sábado, 12 de febrero de 2011

Las reglas

Gracias a Dios que Lorena sabe coser.
Es realmente una fortuna tener a una mujer como ella de vecina. No es enfermera, es tan solo una simple costurera que no le teme a la sangre.
Con tres puntadas la herida se encuentra cerrada. A medida que tironea el hilo para tensarlo puedo ver como la piel de mi pierna se eleva.
Cuando decidí llevar a cabo mi pequeña vendetta personal no escatime en este tipo de heridas, solo imagine combos, patadas, palos y quizá unos cadenazos, pero de este modo uno va aprendiendo.

Primero: no te desgastes buscando a alguien; haz algo que haga que ese alguien vaya a ti.
La primera vez que salí a buscar a aquellos fui con tan solo una chaqueta acolchada, nada mas que con eso. Recorrí la ciudad a pie por bastantes horas, di vueltas por bares y locales nocturnos tratando de ubicarlos, pero para cuando los divise estaba tan agotado que la paliza que me dieron fue fenomenal y no es que me guste que me golpeen ni nada por el estilo, pero fue tanto el tiempo que pase recuperandome de esa pelea que aprendí otras tantas cosas mas.

Segundo: una chaqueta acolchada no es buena protección; amortigua un poco los golpes pero quita mucha movilidad.
Ya mencione que esa primera vez fui con una chaqueta acolchada, como esas que se usan en invierno para el frío. Cuando empezamos a pelear me movía tan lento como un gordo y fui mas un punching bag que un contrincante.

Tercero: cubre tu rostro; no es bueno que te reconozcan ya que ellos también pueden cobrar venganza sobre ti y sobre los tuyos.
Ellos me vieron, miraron a mis ojos y yo vi a los suyos, y después ellos vieron a mis hijos...

Cuarto: siempre tienes algo que perder; aunque creas no tener nada siempre hay algo que se pueda perder.

Cuesta bastante aprender estas reglas, no por que se difícil de memorizar, sino por el precio que se debe pagar para aprenderlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario